La cabina y el diseño general de un camión cisterna es similar a la mayoría de otros semirremolques. El remolque que lleva la cisterna generalmente tiene dos o tres ejes que ayudan a distribuir el peso del tanque. Esta medida busca un reparto más uniforme de la carga y una mejor amortiguación cuando el transporte cisterna realiza trayectos por carreteras irregulares.
Los tanques de carga de los camiones cisterna están bien aislados y reforzados. Se pretende evitar fugas accidentales o contaminación de la mercancía mientras está siendo transportada.
Una medida específica de los tanques para el transporte cisterna es que cuentan con diafragmas que intentan impedir que el líquido se mueva hacia adelante y hacia atrás. Estos diafragmas (también llamados rompeolas), están diseñados para frenar el movimiento del líquido. Se colocan de forma transversal a la cisterna (a excepción de la base y la parte más alta), y se pretende conseguir una estabilidad de la carga.